ABSURDA “REVISIÓN” DE LA HISTORIA HUILENSE

 ABSURDA “REVISIÓN” DE LA HISTORIA HUILENSE

Por: Delimiro Moreno

Acaso con las mejores  intenciones de acertar -y con algunos aciertos como las dos páginas “Para entender al Huila”, el artículo de Miguel Darío Cano Marín, los análisis sobre  los  indígenas, de  Angélica Suaza Español, y el papel de la ganadería en la Colonia-,  la revista SEMANA  en circulación  trae una  separata  sobre el Huila que forma parte de su libro “La historia contada desde las regiones” que es  un intento de “revisar” con originalidad la historia del Departamento.

Pero el resultado es desastroso. Veamos algunos aspectos de por qué: las 30 páginas  dan una visión recortada, y en muchos casos falsa, de nuestra  historia;  sus protagonistas se reducen a unos cuantos, mientras otros, bien importantes por cierto, se dejan por fuera: no es  posible escribir la historia del Huila sin mencionar el papel que jugaron en ella personajes como José María Rojas Garrido, José Hilario López,  Gabriel González Gaitán.  Ismael Perdomo Borrero, Reynaldo Matiz, Misael Pastrana Borrero, Rodrigo Lara Bonilla, Jorge Villamil Cordovez, Joaquín García Borrero, Héctor Polanía Sánchez, Alberto Galindo  y muchos otros cuyos nombres no aparecen siquiera una vez a lo largo de estas  30 páginas. Solo las imágenes de Diego de  Ospina, Monseñor Esteban Rojas  Tobar, José Eustasio Rivera, Waldina Dávila de Ponce de León y Rumichaca merecieron el honor de ser incluidas en estas páginas, ¡Nadie más!

El texto vuelve sobre una  fábula, bien desmontada por cierto en el número 69 de la revista “Huila” de la Academia Huilense de  Historia  (a la que  se  incluye curiosamente en los “Agradecimientos” sin que se le haya consultado nada y sin  que haya  intervenido en lo más mínimo en su elaboración), fábula que  insiste en  que Neiva fue fundada tres veces (aquí inclusive se escribe que “muchas”) cuando está demostrado ya que la única fundación de la ciudad fue la realizada por el capitán español  (no “antioqueño”) don Diego de Ospina y Medinilla el 24 de mayo de 1612, pues las  otras fugaces fundaciones  hispanas en la provincia de  Neiva (las dos de Campoalegre y la de Villavieja) no lo fueron de la ciudad y su fundador no pensó en ellas. Otra fábula, todavía más anteriormente desmontada por la magnífica obra del historiador Bernardo Tovar Zambrano, a quien se cita pero acaso no se leyó, es el del origen de las festividades de San Pedro, que vuelven  a  pretender que nacieron  hace 200 años, cuando la realidad es que su origen es  inmemorial y se pierde  “en la noche de los tiempos”, como lo demostró en su libro Tovar Zambrano.

Son bien curiosos los tres errores contenidos en el artículo “Un pueblo con todos los colores y razas”, páginas 474 y 475. Se escribe allí que “la presencia afrodescendiente  o negra en el  territorio (huilense) es reciente”, y que “el único referente lejano de esa presencia es el de los 15 cimarrones del Cauca que huían de las plantaciones de esa región. Si hubieran consultado a su colaboradora María Angélica Suaza Español y la Historia General del Huila, se habrían enterado de que esclavizados negros fueron traídos por Diego de  Ospina para la fundación de la ciudad, y de que en su hacienda de Villavieja en la Colonia los negros fueron la mano de obra esencial de los jesuitas, y que esos  esclavizados negros, que se rebelaron contra los administradores civiles que  sucedieron a los eclesiásticos a su expulsión del Imperio.

(CONTINUARÁ)

Compartir