Armero: la tragedia que marcó la historia de Colombia

Se cumple 39 años del 13 de noviembre de 1985, Armero, un próspero municipio del Tolima, se convirtió en el epicentro de una de las tragedias más devastadoras en la historia de Colombia. Ese día, la erupción del volcán Nevado del Ruiz arrasó con la vida de más de 22.000 personas, dejando una cicatriz imborrable en el país.
Antes de la tragedia, Armero era un vibrante centro agrícola conocido como «la ciudad blanca» por sus vastos cultivos de algodón y su papel destacado en la economía de la región. Con una población cercana a los 40.000 habitantes, el municipio florecía gracias a su actividad agrícola y comercial. Sus calles y plazas eran testigos de la vida cotidiana de una comunidad unida, con hogares rodeados de árboles frutales y un entorno lleno de espera.
Sin embargo, esa prosperidad se vio truncada por la erupción del Nevado del Ruiz, un volcán que llevaba 69 años inactivo. La tragedia no fue un evento inesperado: meses antes, científicos y expertos habían advertido sobre los riesgos inminentes. Señales como el aumento de temperatura en el volcán, explosiones menores y la muerte de peces en ríos cercanos alertaron sobre un posible desastre. Incluso un informe histórico de 1842 advertía sobre la recurrencia de avalanchas en la cual presentaba el Volcán Nevado del Ruiz.
A pesar de las advertencias, las autoridades nacionales y locales no tomaron medidas preventivas. Aunque líderes locales, incluido el alcalde de Armero, Ramón Rodríguez, intentaron alertar sobre el peligro, la respuesta fue insuficiente y tardía. La erupción del 13 de noviembre desató una avalancha de lodo, rocas y escombros que arrasó con todo a su paso, destruyendo hogares, vidas y el futuro de un municipio próspero.
El futuro de Armero y su reconstrucción.
Hoy, las ruinas de Armero son un sitio de memoria, un recordatorio de la tragedia y un llamado a aprender de los errores del pasado. A pesar de la adversidad, los sobrevivientes han trabajado incansablemente para mantener vivo el legado de su pueblo, con organizaciones como la Fundación Armando Armero, que se dedica a preservar la memoria histórica y buscar a los niños separados de sus familias tras la tragedia.
Armero: una lección para la historia
La tragedia de Armero no solo dejó pérdidas humanas y materiales incalculables, sino que también evidenció la necesidad de una gestión más efectiva de los riesgos naturales. Hoy, a 39 años del desastre, la historia de Armero sigue siendo un recordatorio de la importancia de la prevención y la planificación en un país que sigue enfrentándose a desafíos similares.