Del 13 al 15 de febrero, Colombia realizará el primer censo del Cóndor Andino, trabajo que contará con la participación de ciudadanos.
Los colombianos serán protagonistas en este censo, el cual se llevará a cabo de manera simultánea entre el 13 y el 15 de febrero, tres días en los que los expertos y ciudadanos registrarán en varias plataformas los avistamientos de la especie que padece por los cebos envenenados puestos por los campesinos que habitan en las zonas paramunas del país.
La Fundación Neotropical con el apoyo de Parques Nacionales Naturales (PNN), el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF), Wildlife Conservation Society (WCS) y la Fundación Hidrobiologic George Dahl, realizarán el primer censo nacional del cóndor de los Andes en Colombia, un estudio que arrojará la cantidad y estado de estas aves y permitirá orientar estrategias que faciliten su conservación a largo plazo.
A esta iniciativa también se han sumado otras organizaciones como la Fundación Cóndor Andino-Ecuador (Fundación Cóndor Andino-Ecuador), la Corporación Autónoma de Caldas (Corpocaldas), la Corporación Autónoma Regional de Santander (CAS) y la Fundación Ecológica Los Colibríes de Altaquer (Fundación Ecológica Los Colibríes de Altaquer ( FELCA).
Profesionales de diferentes disciplinas y amantes de la naturaleza, mayores de edad, que se inscribieron de forma voluntaria y on-line hasta el pasado mes de diciembre, serán las encargadas de reportar los avistamientos. Con el apoyo de autoridades ambientales, universidades y otras organizaciones, reportarán la mayor cantidad posible de cóndores de sitios estratégicos previamente elegidos con base en registros históricos o análisis satelitales y donde, supuestamente, se establecieron poblaciones.
Para asegurar el éxito de los observadores, estos fueron capacitados y guiados por varios coordinadores regionales para dotarles de habilidades básicas como, por ejemplo, diferenciar machos de hembras. Para el desarrollo del censo nacional, las entidades y organizaciones seleccionaron previamente los puntos de observación a partir de registros históricos de la especie y datos de seguimiento satelital.
Una de las organizaciones que apoya este censo sostuvo que aunque los cóndores dominen los cielos y siempre estén distantes, son vulnerables porque sus tasas de reproducción son extremadamente bajas. Las hembras ponen un huevo cada dos o tres años, llegan a la edad reproductiva a partir de los ocho y sus polluelos permanecen al lado de sus padres más de 12 meses. Además, son monógamos, es decir, tienen solo una pareja durante toda su vida.
Los investigadores agregan que es decisivo que el censo determine dónde se encuentran las poblaciones silvestres más importantes, con el fin de hacer una mejor repoblación. Un proceso que, además, tenga en cuenta la proporción de machos adultos frente a hembras adultas y permitirá saber qué hacer para evitar un desequilibrio.
