Los terremotos del siglo XIX en Neiva

 Los terremotos del siglo XIX en  Neiva

Por: Delimiro Moreno

El 16 y 17 de noviembre de 1827 grandes y terribles terremotos sacudieron  la cordillera Central de Quito a Cúcuta; en la provincia de Neiva causaron la muerte a 524 personas (más del 1% de su población); derriban 29 de sus 33 templos parroquiales, la totalidad de los edificios públicos civiles y 80 casas; en El Gigante, las fuertes avenidas de los ríos Magdalena, Rioloro, La Honda y La Guandinosa barrieron cuanto encontraron a su paso; 30 familias, 12 casas y 830.000 árboles de cacao, así como cultivos de tabaco, caña de azúcar y plátano; arrasaron las dehesas; destruyeron las salinas de Aguacaliente con sus hornos, enramadas y todas sus dependencias; El Paso (Algeciras) fue destruido por el desbordamiento de los ríos Blanco, el Quebradón y las Damas.

La región se sumió en una crisis económica nunca vista antes.

Como consecuencia, además, Timaná quedó reducida a escombros, por lo cual en noviembre de  1827, el párroco Manuel Elías Carvajal, fundó el pueblo de Elías en su hacienda La Mesa, ubicada al otro lado del río Timaná, donde tenía su oratorio personal,  y optó por invitar a los feligreses a este sitio, hasta que los damnificados fueran  construyendo sus pequeñas chozas cerca de la casa de la hacienda.

Dos cerros, Guapotón y el Grifo, en La Viciosa, hoy Guadalupe, se derrumbaron y represaron las aguas del río Suaza, en asocio con la quebrada del Cerro de Bellavista.

56 días después, el 10 de enero de 1828, hace  hoy 192 años, en las horas de la noche se rompió esa  represa y desató una avalancha que arrasó  los caseríos de La Jagua en Garzón y La Honda en Gigante,  llevándose  todos los haberes de sus angustiados habitantes.

Estos terremotos sacudieron física, política y socialmente los habitantes de la provincia de  Neiva, que no recibieron ningún apoyo de nadie para superar tan magna tragedia, acaso porque también sacudieron grandes extensiones del país y afectaron  ciudades como Bogotá, Tunja y Cúcuta principalmente, las cuales sufrieron mucho igualmente.

El sólido bolivarianismo que reinaba entonces en Neiva alrededor de la figura del Libertador Simón Bolívar  pareció  derrumbarse también con el terremoto y el nombramiento, el 5 de  octubre de 1829, del militar santanderista José Hilario López como gobernador de la provincia, varió totalmente las estructuras políticas de  la región, que se recuperó un poco económicamente por su acción. López, nacido en Popayán y  líder de la Independencia, decidió aposentarse en la provincia, compró la hacienda Laboyos, en el sur y recibió muchísimas  otras  hectáreas en compensación por su lucha en los ejércitos patriotas, convirtiéndose así en uno de los más grandes terratenientes de la provincia y en su líder político duran te más de 40 años, hasta la formación  de los Estados Unidos de Colombia, formación federal de la que hizo  formar parte a  Neiva, unida a la provincia de  Mariquita, como Estado Soberano del Tolima, del que fue creador, alma y principal dirigente.

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